domingo, 16 de septiembre de 2012

Volverte a ver

¡Hey bloggeros!

Tomé por decisión no escribir ni sábados ni domingos.
Estaba feliz, por haber resistido durante casi 2 días, los cuales no entré a mi cuenta. 
Siendo exactamente las 7:51pm empiezo este blog cuando culmina un reportaje; el cual ha hecho con mis emociones lo que ha querido.

Estaba en facebook aburrido (sí, porque a pesar de ser la red social más usada por todos nosotros, acéptalo, llega un momento en el cual te aburres), y entonces me puse a pensar que parecía que estuviera solo, no había bulla, sentía como si solo estuviéramos la computadora, el sonido del teclado y yo.
Fui al cuarto de mis papás y ¡oh sorpresa! recordé que no estaba solo.
Están mis papás y mi hermana viendo televisión, no se inmutan con mi presencia, han petrificado sus ojos en la pantalla del televisor.
Canal 2, me dije.


Lamentablemente solo recuerdo el nombre del muchacho: Martín.
Él busca a su padre desde hace 28 años.
Con la ayuda de un equipo periodístico, va en busca de él, junto a su único hijo, llamado también Martín, y la de su esposa.
Buscan al padre de Martín, que dicho sea de paso también lleva el mismo nombre.
Tras una ardua labor, logran contactar una primera dirección.
Fallan, él no vive ahí, es casa de su cuñada.
Ella amablemente les dice que "Martín no vive aquí, yo soy su cuñada, él vive en Los Olivos".
Todos se dirigen hasta allá, y cuando digo todos, me refiero al equipo periodístico, a la conductora del programa y a un conocido actor y conductor de TV.
Llegan a Los Olivos y ...
SÍ, SÍ VIVE AHÍ, pero ahora él está trabajando en el Centro de Lima.
Los recibe Jenny, hermana de Martín. Ella emocionada por la presencia de las cámaras y de los 2 famosos. 
Brinda su número telefónico y desde aquel momento se convierte en la cómplice de toda esta historia.
Antes de todo esto, Jenny anuncia que la esposa de Martín está muy molesta por la presencia de ellos.

Luego de horas de intensa búsqueda, pudieron ubicar al susodicho.
Él se excusa de muchas formas, no quiere aceptar que él es su hijo; el parecido es innegable, pero bueno, él estaba en todo el derecho de exigir una prueba de ADN.
Ninguno de los dos se habían visto, ése sería el primer momento, la primera vez. Martin-hijo había esperado tanto ese momento, él estaba muy emocionado esperando a su padre en el sofá.
Martín-padre había dicho que él estaba abierto a cualquier situación, que no había problemas.

El encuentro se dio, y a mí como expectador, me impresionó la frialdad con la que éste hecho se llevó a cabo.
Se saludaron dándose la mano, como si se hubiesen visto ayer, ¡Por Dios qué frialdad!-pensé.
Él (Martín-padre) le dijo: 
-Hola, hola,¿cómo estás?, siéntate, toma asiento. (Repetía dos o más veces lo que decía, estaba nervioso)
-Bien bien, gracias.
-Mira yo estoy abierto a conocer más personas, por eso he aceptado conocerte...

¡¿ES CIERTO LO QUE ACABO DE OÍR?!
¿ Más personas? Es tu hijo. Tú lo sabes, todo el mundo lo sabe,son dos gotas de agua. Pero ok, hazla larga, pide una prueba de ADN, ponte más nervioso de lo que estás, trábate una vez más, intenta seguir dar la imagen del que está dispuesto a todo, no te preocupes, lo estás haciendo bien.
Hubo mucho silencio después de la estupidez que dijo este señor.
Hasta que la esposa de Martín-hijo, tuvo las palabras precisas. 
  
-(entre lágrimas) "Mire señor, lo que mi esposo esperaba de usted es que lo abraze, que le diga cuánto lo quiere, él lo ha buscado mucho, y ahora yo lo veo a usted y es igualito a mi esposo, él lo quiere mucho a pesar de todo, y yo sé que él se muere por abrazarlo..."
-Sí, si, es posible, todo ser humano necesita cariño. Responde el gran señor Martin-padre.


La historia me dejó un mal sabor, no tiene un final feliz, pero me quedo con la sonrisa de Martín-hijo que a pesar de no haber tenido el mejor encuentro con su padre, se queda con la sensación de ese abrazo forzoso que finalmente se dio, pero que me transmitió compromiso y poco amor por parte del señor Martín, el apelativo le queda grande, pero es necesario para no confundirnos pues ya se saben que hay 3 Martín en esta historia.


Martín-padre, pidió un número para ubicar a la producción y fijar el día y la hora para realizarse los exámenes de ADN. Al día siguiente, la producción lo llama y él cambia de opinión.
¡NO QUIERE HACERSE LA PRUEBA!.
Ya no se puede hacer más por Martín, la historia ha llegado a su fin.


Lamentable, muy lamentable.

Alvaro Zagal





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