viernes, 8 de marzo de 2013

Mágicas princesas

Ocho de cada diez son espectaculares, el otro dos se perdió por lo duro que es esta vida.
Tengo en casa a 3 de esas 8; de cuarenta y dos, veintidós y 8 años respectivamente.

Sí, "El día internacional de la Mujer".
Cada mujer es un mundo por explorar, son aveces tan complicadas de entender, como tan frágiles para resquebrajarse por los más bajos y sórdidos insultos del tipo más patán que se le haya podido cruzar en su vida.

Hoy se cumple un año más desde que a alguien -cuyo nombre ignoro- se le ocurrió que al menos debía de existir un día especial para la creación más especial.
Es en serio, ustedes son lo más preciado que hoy por hoy puede haber.

Son tan precisas, tan exactas, tan realistas, tan coquetas, tan cariñosas, tan protectoras, tan celosas, tan bellas... bueno, al menos la mayoría.


Desafortunadamente están también las que sufren el día a día.
Es por ello que a mi parecer hoy no es el día de la mujer que se levanta muy temprano para ir al salón de belleza y corregirse una manicure mal hecha, si no, el día de la que se levanta muy temprano para poner el agua a hervir y planchar los uniformes escolares.


Tampoco es el día de "¿Me queda bien o me veo gorda?", si no de aquellas que no renuevan su clóset desde hace mucho por darle lo mejor a los suyos.
Mucho menos, pues, el día de las que reniegan de ser madres, o peor aún, de las que le negaron la vida a su propio hijo; todo lo contrario, es el día de las que sufren día a día por educar a uno, dos, o más hijos a la vez.
Ni pensar que podríamos festejar a las que explotan de rabia contra sus hijos por los contínuos maltratos de un mal padre.
Hoy, tampoco es el día de las que publican en facebook cada microsegundo, o de las que actualizan su Twitter cada día, si no de las que viven en un profundo silencio y obligadas a vivir en un oscuro camino.


No es el día de las que alimentan chismes y generan envidia, si no de las que se compadecen del sufrimiento de las demás, y le hacen saber que ser mujer vale mucho más que cualquier cosa.

Hoy, señoritas, empiecen a valorarse tal y como son.


A un hombre nos enamora su transparencia y sobre todo que sepan hacerse respetar, entonces por favor, cuando se nos olviden éstas dos cosas, ustedes el gran 8 de cada 10 devuélvannos a la realidad; y perdón por el otro 2 que nosotros los varones hemos traído a la perdición.
Sin ustedes, no estaríamos aquí.

Es que es así, ocho de cada diez son espectaculares, el otro dos se perdió por lo duro que es esta vida.


AZM