La verdad, ni siquiera puedo asegurar que hayan salido a buscarme.
El sol empieza a ocultarse y no sé si mi mente sigue perdida, o si soy yo quien la tiene prisionera.
No quiero colisionar con la realidad.
Hoy no pude comer.
Creo que estoy en ese día en el que la mayoría no sale a trabajar porque, al menos por aquí, no vi a nadie.
Mi botella está vacía otra vez y me muero de sed. Caminé hasta ese sitio en donde me la llenan de lluvia, pero no encontré a nadie.
Quizá porque hoy no llovió. O quizá porque creo que estoy en ese día en el que la mayoría no sale a trabajar.
Ya es tiempo de tomar mis pastillas, me alegra tanto ver ese reloj y pillarlo a la hora indicada. Siempre que le clavo una mirada está ahí. Inmóvil.
Le he perdido el miedo a las calles.
A mi soledad.
Ya no sueño con que ellos piensen en mí. Porque yo, ni siquiera quiero pensar en ellos. Me duelen los pies. Los tengo muy lastimados. Sangran.
El ardor por las heridas en mis labios resecos es insufrible.
Cada vez pierdo más peso y me es más difícil recordar quién soy y de dónde vengo. Mucho más, hacía dónde voy.
Ya casi es de noche y tiemblo de frío. Trato de aferrarme a mí.
Dónde diablos estoy.
Dónde mierda están.
Las personas me evaden. Me cierran las lunas del auto. Me lanzan escupitajos. Se burlan de mí.
No quiero hacerles daño. No soy capaz. Solo quiero agua y comida.
A veces me enfurezco. Sí.
Porque me descontrola su indiferencia.
Entonces es ahí cuando lanzo todas mis botellas vacías. Sin lluvia. Cuando soy yo quien se ríe de ellos.
Soy yo quien lanza escupitajos.
Y soy yo, también, quien les rompe las lunas del auto.
Veo que todos gritan.
Corren.
Se asustan.
Y eso es lo que quiero.
Corran. Huyan. Griten. Lloren. Piérdanse.
Y déjenme en paz.
El casi, se ha ido. Ya es de noche y sigo deambulando.
Hay un auto estacionado lleno de pasajeros y un loco me mira.
Y yo lo miro.
¿Ha venido por mí?
No. Yo ya no sueño con que vengan por mí. Que ni se les ocurra venir por mí. No quiero que vengan por mí.
Yo estoy bien así.
Sola.
Con hambre.
Con sed.
Llena de heridas.
De sangre.
Llena de burlas.
Yo estoy bien así.
Felizmente he pegado una mirada a mi reloj y ya es hora de tomar mis pastillas.
Pero no quiero calmarme.
Quiero destruir todo.
A puño limpio.
Romperme el cuerpo si es necesario.
Quiero encontrarlos y matarlos a golpes.
Porque no me buscaron
Porque estoy aquí desde hace mucho tiempo. Porque era parte de ellos
Porque no me buscaron.
Quiero quebrar uno a uno cada parte de su cuerpo.
Loca.
Orate.
Así como soy.
Y nada de eso se comparará con la vida que ellos me impusieron.
Ya no sueño con que vengan por mí.
Porque iré yo por ustedes.
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